Ética y Periodismo... en tiempos digitales


Miriam Estrada

En tiempos donde cualquier usuario de Internet es libre de generar contenido y opiniones sin ningún rigor, se vuelve vital que los periodistas se conduzcan con ética, o más allá:  que sean ellos mismos sus promotores en las comunidades virtuales.

Coincido con lo que se advierte en el “Conjunto de Guías Éticas para Hacer Periodismo en la Web”, en el sentido de que pueden cambiar las plataformas en las que se difunden los productos periodísticos, pero lo que no puede cambiar es la esencia del periodismo como coadyuvante en la construcción de sociedades democráticas; sociedades que ejercen sus derechos, pero que también son conscientes de sus obligaciones derivadas del pacto social.

En lo personal, desconfío de aquellos periodistas que externan opiniones temerarias, a veces con insultos, contra funcionarios, gobiernos, instituciones, colectivos, sectores, personas específicas e incluso contra equipos de futbol en sus redes sociales bajo el argumento de que son “opiniones personales ajenas a sus centros laborales”. Considero que no, que un periodista no puede realizar un trabajo periodístico y publicarlo “objetivamente” en su medio (ya sea impreso, electrónico u otro) y después acudir a sus redes o blogs a “desahogarse” difundiendo puntos de vista de forma visceral o sesgada. Bien se sabe: Nada hace más daño a una sociedad que un mal periodista.

No por nada Ryszard Kapuscinki opinó que para ejercer el periodismo ante todo habría que ser una buena persona, y con base en los fundamentos filosóficos de occidente una buena persona sólo puede serlo si sus actos se rigen por la ética.

Por supuesto, la administración de un medio no está ajena a las prácticas éticas. De casi nada serviría que un periodista se condujera con profesionalismo en su labor si la empresa en la que labora se siente con la libertad de utilizar ese noble quehacer para obtener beneficios empresariales. Es ahí cuando los periodistas juegan también un papel fundamental para fijar postura y anteponer el bien social. Un ejemplo de ello lo hemos visto recientemente con el caso Leonardo Curzio y Enfoque Noticias.

La credibilidad ha sido, es y será el bien más valioso que podrá tener un periodista y/o un medio de comunicación, y esa credibilidad se sostiene sobre los cimientos de la ética; por ello, en tiempos de tanto “ruido en la red”, se vuelve preciso blindar esa credibilidad a través de mantener como acompañante y consejero a la ética (ya lo había referido antes) "como ese “dæmon socrático" que ayude a iluminar y guiar la labor periodística anteponiendo siempre su función social.






Bibliografía



"Conjunto de guías éticas para hacer periodismo en la Web". Pp. 1-17. Disponible en https://knightcenter.utexas.edu/es/ebook/conjunto-de-guias-eticas-para-hacer-periodismo-en-la-web-es

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