La crítica de Hume a la Metafísica

Miriam Estrada
(Fragmento)


Empezaré destacando una observación que hace José Luis Pardo: la historia de la Metafísica va de la mano con la crítica a la posibilidad de su existencia, a tal punto, que puede pensarse que ambas se sostienen mutuamente 1

Para J.L. Pardo, Hume afirma que no existe acuerdo en lo referente al significado de la Metafísica, que más bien se trata de argumentos abstrusos. Por ello, iniciaré por citar las vertientes que considera Hume con respecto al conocimiento de la naturaleza humana.

Hume sostiene que una forma de estudiar esta naturaleza es suponer al hombre como un ser nacido para la acción, en el que sus gustos y sentimientos juegan un papel principal. La otra manera es considerarlo como un ser racional, intentando afianzar más su entendimiento que su conducta.

Asimismo, afirma que como ser racional, el hombre necesita recibir sustento del conocimiento que la ciencia le provee; que uno de los papeles que ha jugado la filosofía al respecto, ha sido el de realizar especulaciones abstractas e ininteligibles y, al mismo tiempo, buscar la aprobación de los doctos y los sabios. En este pensar, el filósofo tiene poca aceptación del mundo al encontrarse inmerso en principios ajenos a la comprensión de la sociedad 2 .

A su parecer, la mente del ser humano tiene grandes límites o lo que es lo mismo: tiene alcances muy pequeños. Derivado de lo anterior, Hume condena el pensamiento abstracto y las investigaciones profundas, ya que piensa causan una gran incertidumbre. A este razonamiento profundo lo llama: Metafísica.

Así, Hume afirma que esta filosofía profunda llamada Metafísica no sólo es, en su quehacer, penosa y ardua, sino que además genera inevitablemente error e incertidumbre; el resultado de la vanidad humana en su fallido intento por traspasar los límites de su entendimiento. Incluso añade que la Metafísica ha servido como cobijo a las supersticiones.

En su lugar, Hume propone un estudio a fondo sobre la naturaleza del entendimiento humano, para demostrar que el hombre no posee la naturaleza para acceder a temas tan abstractos.

Hume es un empirista que postula que el conocimiento en el hombre se inicia con las percepciones de la mente humana 3; que las percepciones se dividen en dos: las llamadas impresiones y las ideas, siendo las primeras quienes ingresan a través de los sentidos en forma fuerte y conjunta con las emociones. Después, el espíritu genera una copia de esas impresiones, que podrán seguir existiendo aún después de que se llevó a cabo la impresión.

Estas copias se convierten en lo que Hume llama idea simples, que no son otra cosa que una débil copia en el pensamiento de la impresión llevada a cabo mediante los sentidos y las emociones. Lo que distingue a las ideas de las impresiones es la vivacidad con que ingresan al espíritu. A cada idea simple, necesariamente le antecede una impresión. Debe mencionarse que estas ideas simples no se pueden separar.

Las impresiones las divide en dos géneros: las de sensación y las de reflexión. Las impresiones de sensación son llevadas a cabo en el alma y no da causa de ello. En lo que respecta a las de reflexión, estas se producen cuando la impresión de sensación se combina con alguna idea y el espíritu genera a su vez una copia de esta impresión de reflexión 4 .

Las ideas complejas, son copias de las ideas simples, que al combinarse pueden dar lugar a nuevas ideas, las cuales no procederían directamente de alguna impresión, pero que del alguna manera se sustentan en ellas. Dice Hume que no se necesita de un pensamiento metafísico cuando se reflexiona sobre algún sentimiento o impresión pasados, ya que se presenta al entendimiento de una forma más tenue, en relación con el momento en que sucedió, cuya percepción tuvo un mayor grado de intensidad 5.

Asegura que a primera vista pareciera que la mente humana tiene un poder ilimitado que escapa a toda autoridad y poder humano, permitiendo formar monstruos y crear figuras fantásticas, sin embargo, Hume dice que en realidad, la mente humana tiene límites tan pequeños que todo se reduce a su facultad de utilizar lo que anteriormente fue percibido.

“Pero aunque nuestro pensamiento aparenta poseer esta libertad ilimitada, encontraremos en un examen más detenido que, en realidad, está reducida a límites muy estrechos, y que todo este poder creativo de la mente no viene a ser más que la facultad de mezclar, transponer, aumentar, o disminuir los materiales suministrados por los sentidos y la experiencia” 6 .

En consecuencia, Hume asume que estas mezclas corresponden en su totalidad a la mente y voluntad humana; y que sin importar lo complejos que sean los pensamientos o las ideas, siempre resulta que se derivan de ideas simples anteriores.

Para Hume una idea que pareciera estar tan lejos de la condición humana, como lo es la idea de Dios, no es otra cosa en realidad que el resultado de la mente al aumentar indefinidamente las cualidades que le son atribuidas, como la de bondad y sabiduría.

Más tarde Kant dirá al respecto que la razón humana se encuentra acosada por cuestiones que no puede rechazar debido a su naturaleza, pero que no puede resolverlas, ya que sobrepasan a sus facultades 7 . Pues el ser humano como ser racional, posee esa capacidad de suponer entidades que están totalmente fuera del ámbito sensible o de la experiencia.

Con relación a lo anterior, J.L. Pardo advierte que los analistas definen a la Metafísica como si ésta fuera una enfermedad del lenguaje, ya que los enunciados que se desprenden de ella carecen de sentido al pretender abandonar y sobrepasar el ámbito de la experiencia 8 . Hablar de un ente que no se puede conocer a través de la sensibilidad carece de sentido, ya que sólo se puede especular sobre él. 

En tanto, Hume afirma que si el ser humano posee la capacidad de asumir entidades con facultades inimaginables a su propia condición, se debe a que las ideas de dichas entidades no le han sido presentadas en la única forma en que pueden tener acceso a la mente, es decir, a través de la experiencia inmediata y la sensación 9 . De este modo, las ideas metafísicas se presentan en forma oscura, ya que la mente tiene un pobre dominio sobre ellas, tiende a confundirlas con otras ideas semejantes, y su significado es impreciso.

Por el contrario, las impresiones o sensaciones externas o internas son fuertes, y es fácil determinar los límites en ellas, ya que si surge duda con respecto a alguna, considera Hume, se debe preguntar de qué impresión procede, y si sucede que no queda claro que exista tal impresión precedente, por lo menos se afirma la sospecha de que tal idea carece de sentido.

Hume acepta la tesis de que la mente humana está dotada de facultades que le permiten obtener conocimiento, es por ello que propone investigar en forma seria la naturaleza del entendimiento humano.

Para él los objetos de la razón e investigación humana están divididos en dos grupos: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. De las primeras son las ciencias como la Geometría, el Álgebra y la Aritmética, donde toda afirmación es intuitiva o demostrativamente cierta; y pueden ser descubiertas por la mera operación del pensamiento. Las segundas se determinan de manera diferente, no muestran evidencia de su verdad. Lo contrario a estas cuestiones de hecho, es posible, en virtud de que jamás puede implicar una contradicción, por ello la mente lo concibe con facilidad y distinción como si fuera acorde a la realidad.

Hume utiliza aquí el ejemplo de la frase “el sol no saldrá mañana” y dice que si fuera demostrativamente falsa implicaría una contradicción y ya no podría ser concebida por la mente de otra forma 10 .

Estas cuestiones de hecho parecen tener su base en la relación de causa y efecto. Para él la experiencia es quien permite el conocimiento de esta relación. No se da esta relación por conocimientos a priori. Para Hume los objetos no se revelan por sus cualidades propias, ni por las causas que le dieron existencia, así como tampoco puede la razón del ser humano inferir la existencia real y las cuestiones de hecho, sólo la experiencia lo hace posible.

En el caso de que se le pidiera a algún ser humano que determinara un efecto en relación a una causa sin recurrir a alguna experiencia con eventos asociados a ello, el resultado sería totalmente arbitrario, ya que para Hume la mente no puede encontrar el efecto, aún con el examen más riguroso, porque este último es totalmente ajeno a la causa. Aquí se pude deducir que la Metafísica no es el medio indicado para obtener conocimiento ya que sus ideas son ajenas a la experiencia 11 .

“Se reconoce que el mayor esfuerzo de la razón humana consiste en reducir los principios productivos de los fenómenos naturales a una mayor simplicidad, y los muchos efectos particulares a unos pocos generales por medio de razonamientos apoyados en la analogía la experiencia y la observación 12

Para Hume la filosofía más perfecta sólo logra reducir un poco la ignorancia en el ser humano. Refiere que las leyes de las matemáticas han sido descubiertas a través de la experiencia, y los pensamientos abstractos no permiten el avance o el descubrimiento de estas leyes sin recurrir a dicha experiencia.

En lo referente a la observación que hace el ser humano en las causas y los efectos, cuando estas le han sido de alguna manera presentadas con regularidad de la misma manera, el hombre tiende a prever que este suceso pasado, puede presentarse de la misma manera en el futuro. A esto lo llama hábito.

Afirma que los argumentos fundados en la experiencia se basan en la semejanza que se descubren entre objetos naturales. Es por ello que se espera que sucesos pasados se repitan en el futuro. Es decir para Hume el hombre construye el conocimiento a través de la experiencia y los hábitos. De lo contrario, si de desecha la experiencia en lo referente a la repetición de fenómenos, el conocimiento caería en un absurdo, ya que no le sería posible al hombre conocer cada uno de ellos.

Hume habla de la ignorancia que los seres humanos poseen en relación a los objetos, ya que la experiencia sólo nos muestra una cantidad de efectos semejantes derivados de objetos en particular.

Con ello se afirma que para Hume el hombre no puede conocer a los objetos que le son externos, sino únicamente los conoce como representaciones que le ingresan mediante los sentidos en lo que llama impresiones, y que a su vez pueden generar algún tipo de idea simple a través de la reflexión. Si además mediante la asociación de estas ideas simples se deriva otra idea, no podrá decirse que fue elaborada en forma totalmente separada de la impresión, ya que es producto de las primeras que a su vez surgieron de impresiones.

Para Hume existe por lo tanto una distinción en lo que a la razón y a la experiencia se refiere; la primera es para él, resultado de nuestras facultades intelectuales que al considerar a priori la naturaleza de las cosas y examinar los procesos que se deben seguirse de su operar, funda los principios particulares de la ciencia; la segunda se deriva en cambio del sentido y la observación, y
permite al ser humano aprender el resultado de la acción de objetos particulares, que a su vez le permitirán esperar la repetición de tal suceso en un tiempo futuro 13 .

Aún y cuando Hume acepta que la razón puede formular conjeturas muy confiables de las consecuencias de conductas particulares de objetos, sin la ayuda de la experiencia, la cataloga de imperfecta, en virtud de que, la experiencia es la única que posibilita la certeza, esta última derivada del estudio y la reflexión. Dice que no se puede razonar careciendo de la experiencia. Por lo tanto para Hume el hábito es la guía que le permite al ser humano tener cierto grado de certeza en los fenómenos.

En conclusión podemos afirmar que para Hume al ser el hábito el fundamento del conocimiento mediante la experiencia, niega la Metafísica al considerarla generadora de incertidumbre por no ser derivada es estos principios.

Por tanto el hombre tiene un conocimiento limitado a su propia naturaleza, es decir sólo puede conocer fenómenos y sin embargo tampoco puede tener una certeza acerca de ellos, sino más bien son los hábitos o costumbres lo que permite fundar el conocimiento.

La Metafísica queda descartada, al estar fuera del campo de los fenómenos. Es un saber que no permite obtener certeza ni puede ser demostrado. En su lugar Hume introduce cierto psicologismo al postular al ser humano como creador de conocimiento a través de las percepciones y del hábito. Condena y rechaza a la Metafísica por considerarla una quimera, es decir se propone a la imaginación como verdadera o posible sin serlo.

Hume termina su obra titulada Investigación sobre el entendimiento humano de la manera siguiente: 

“Si procediéramos a revisar las bibliotecas convencidos de estos principios, ¿qué estragos no haríamos? Si tomamos cualquier volumen de Teología o de Metafísica Escolástica, por ejemplo, preguntemos: ¿Contiene algún razonamiento abstracto sobre cantidad y número? No. ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca de cuestiones he hecho o existencia? No. Deposítese entonces en las llamas, pues no puede contener más que sofistería e ilusión” 14 .


BIBLIOGRAFÍA:

Pardo, José Luis, LA METAFÍSICA Preguntas sin respuesta y problemas sin solución, Pre-
textos, España, 2006, 158 PP. Hume, David, Investigación sobre el entendimiento humano, Gernika, México, 1994, 205 PP.

Hume, David, “Sección primera” en Tratado de la naturaleza humana, Tomo I, Gernika,
México, 1999.


Kant, “Prologo de la primera edición” en Critica de la razón pura.

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