Crítica de Locke al innatismo
Miriam Estrada
(Fragmento)
Locke critica las ideas innatas y señala que el origen de las ideas está en la experiencia. De esta forma trata de establecer el alcance y la certidumbre del conocimiento.
Considera que si existieran ideas innatas estas deberían ser muy obvias para todos, sin embargo, estas ideas no son perceptibles para personas que no han tenido contacto con la experiencia como lo podrían ser los niños o los idiotas.
Locke precisa que para que el hombre pueda tener una noción sobre ideas sensibles como el color, el olor y el sabor éstas debieron pasar antes por los sentidos y por una percepción individual.
En cuanto al ámbito moral tampoco se torna claro el conocimiento innato, ya que muchas de las normas morales se aplican porque de esta manera convienen a los intereses de la colectividad, y no al hecho de que existan en el alma de toda la humanidad.
Considera que las leyes éticas se establecieron como freno y restricción para los deseos desmedidos y sólo a través de premios y castigos puede equilibrarse la satisfacción que las personas buscan obtener al transgredirlas.
Locke afirma que de existir conocimientos innatos estos tendrían que ser fácilmente identificables por quienes los poseen; entonces, critica que aquellos que defienden dicha teoría sean incapaces de distinguirlas sin dificultad.
Locke lleva su teoría hasta el peldaño más alto que es la idea de Dios, ya que argumenta que si dicha idea fuera innata estaría presente para todos y esto queda comprobado que no es así.
En su crítica se otorga la máxima importancia a la experiencia, ya que ella nos permite acceder al conocimiento.
Si no existen ideas innatas tal como Locke lo afirma, tampoco hay límites para el conocimiento.
(Fragmento)
Locke critica las ideas innatas y señala que el origen de las ideas está en la experiencia. De esta forma trata de establecer el alcance y la certidumbre del conocimiento.
Considera que si existieran ideas innatas estas deberían ser muy obvias para todos, sin embargo, estas ideas no son perceptibles para personas que no han tenido contacto con la experiencia como lo podrían ser los niños o los idiotas.
"En primer lugar, resulta evidente que niños e idiotas no poseen la menor comprensión o pensamiento de ellos. (…) Me parece casi una contradicción decir que existen verdades grabadas en el alma, a las cuales ésta no percibe ni entiende (…) grabar algo en la mente sin que ésta lo perciba me parece difícilmente inteligible."
Locke precisa que para que el hombre pueda tener una noción sobre ideas sensibles como el color, el olor y el sabor éstas debieron pasar antes por los sentidos y por una percepción individual.
En cuanto al ámbito moral tampoco se torna claro el conocimiento innato, ya que muchas de las normas morales se aplican porque de esta manera convienen a los intereses de la colectividad, y no al hecho de que existan en el alma de toda la humanidad.
Considera que las leyes éticas se establecieron como freno y restricción para los deseos desmedidos y sólo a través de premios y castigos puede equilibrarse la satisfacción que las personas buscan obtener al transgredirlas.
Locke afirma que de existir conocimientos innatos estos tendrían que ser fácilmente identificables por quienes los poseen; entonces, critica que aquellos que defienden dicha teoría sean incapaces de distinguirlas sin dificultad.
Locke lleva su teoría hasta el peldaño más alto que es la idea de Dios, ya que argumenta que si dicha idea fuera innata estaría presente para todos y esto queda comprobado que no es así.
En su crítica se otorga la máxima importancia a la experiencia, ya que ella nos permite acceder al conocimiento.
Si no existen ideas innatas tal como Locke lo afirma, tampoco hay límites para el conocimiento.
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