Periodismo en tiempos adversos



Así, en unos días volteas a ver la mirada joven de un principiante y te preguntas: ¿Cómo demonios le explico que aún hay esperanza en el periodismo?, que vale la pena.
Hace unos años, un destacado joven periodista me anunció su renuncia, se sentó en la silla y me mostró a grandes rasgos la adversidad que enfrenta un periodista honesto:
-"Bla, bla, bla, bla... de eso se trata", concluyó.
Y yo ¿qué podía decirle? De pronto, todos los vicios estaban al descubierto: Más de 500 años de periodismo en México sintetizados en cinco frases desgarradoras. Ante su abatimiento, ante su desesperanza y ante la tiranía de un mal director no pude evitar ponerme a llorar y reclamarle:
- "¡No me digas eso!", "Estás diciéndome que todo en lo que he creído, trabajado y enseñado durante todos estos años no sirve de nada puesto que lo que impera es el servilismo, el interés económico y político".
En ese momento, por supuesto, él tenía la razón y yo no tenía manera alguna de mejorar, en la práctica, su percepción sobre el periodismo.
Esta madrugada recuerdo ese momento y sonrío. Gracias a ese periodista aprendí que un momento de desesperanza lo vivimos todos, que nunca quiero llegar a ser una Periodista y que una persona honesta sí tiene cabida en alguna redacción; además, por supuesto de muchas otras cosas.
Así que ahora, en estos tiempos adversos para el periodismo no hay espacio para las lágrimas, ahora sé que mañana veré a esos muchachos y si por equivocación me hacen alguna pregunta sobre este oficio, correrán el riesgo de que les ofrezca los suficientes argumentos como para que crezca en ellos la esperanza, y tan lo menos les quede en las manos aquella antorcha en potencia que mencionaba Manuel Buendía ... ya de ellos depende decidir prenderle fuego para dar luz a una sociedad tan necesitada de ella.

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