¿Qué esperas? Toma la palabra y ¡escribe!

Dicen que hay que predicar con el ejemplo. Entonces, dejo que mis dedos se posen sobre el teclado de esta computadora, a pesar de que ya es sábado y de que mi jorongo gris me espera sobre el frío piso de esta habitación.
¿Por qué? Porque todos los días intento explicar la importancia del lenguaje en el ejercicio periodístico a los jóvenes reporteros y los invito a acercarse a las nuevas tecnologías para plasmar sus ideas sin la presión de líneas editorales, jefes o tiempos de cierre; no obstante, casi nadie lo realiza.
¿El argumento? "No hay tiempo".
En parte es cierto, pero ¿si no hay tiempo para escribir, entonces, para qué dedicarse a este oficio?
La escritura es algo que puede dominarse única y exclusivamente con la disciplina de leer, pensar y escribir.
¿Por qué tener miedo a errar?, ¿por qué negarse a escribir por el puro placer de escribir?
El lenguaje es para el reportero su principal herramienta de trabajo. Es la vía rápida que construye entre la noticia y su lector. Por ello, quien busque hacer de este oficio su forma de vida deberá utilizarlo con rigor, método y sistema para elaborar un discurso reflexivo, argumentado y crítico.
El filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein (1889-1951) compara a las palabras con una caja de herramientas donde hay un martillo, tenazas, sierra, destornillador, regla, tarro de cola, clavos y tornillos. Y enfatiza que así como esa diversidad de objetos existen para quienes se dedican a la construcción así existen las funciones de las palabras para el escritor.
En lo personal, prefiero imaginar que las palabras son como esas maravillosas piezas de Lego.¿Qué construirás con ellas?, ¿Un puente, un castillo o simplemente una pieza deforme?

Confieso que hace años, cuando recién me habían dado la oportunidad de incursionar en el ramo de la edición, prácticamente obligué a "mis reporteros" a disciplinarse; sin embargo, con el paso de los años me doy cuenta que sólo aprende aquella persona que quiere hacerlo. No puedes obligar a nadie.
Ahora, necia como soy, insisto y heme aquí esta madrugada escribiendo este texto cuya única finalidad es ejemplificar que siempre habrá tiempo para aquello que realmente te interesa.


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