¿Qué escribir?

¿Cómo ocurre que un día tienes miles de palabras con las cuales jugar y al otro simplemente ninguna se acerca a tu mente?
Quizá sea que las musas se escapan por el tejado de vez en cuando, o tal vez es que nada de lo que acontece es demasiado importante como para plasmarlo en palabras.
Ayer tenía la intención de escribir un cuento delicioso, nacido bajo un cielo nublado y a orillas de un río, pero la violencia que se vive en las calles lo impidió.
Luego, luego todo se vuelve vacío, tonadas sin melodía, recuerdos fugaces y sin sentido.
He estado callada, callada y meditabunda, arrastrada por el desánimo popular; absurdamente estresada con la vida de Andrés Calamaro y su historia rosa vuelta añicos.
Sí, Andrés conoció a Juli. Se enamoró perdidamente de ella. Juntos procrearon a una hermosa nena y cuatro años después se casaron sólo para divorciarse tres meses más tarde, justo cuando se hizo público que el músico mantenía una relación extramarital con una joven modelo.

Hace años, cuando Calamaro conoció a Julieta y compuso para ella extraordinarias canciones, pensé que el amor era posible.
Imaginé ver esa lucecita de esperanza que podría hacerme creer que ese bicho llamado amor en verdad transformaba todo cuando era auténtico. Y sí, tontamente le creí a AC cuando dijo aquello de que cualquiera se cansa de milongas.
Omití ponerle atención a frases en donde mi ídolo ya advertía que la gente, no cambia. En fin, los periódicos viejos me traen el recuento de esas noticias que dictan que  los sueños, sueños son y, como dice Serrat, un día de estos te despiertas "sentado, chupando un palo sentado sobre una calabaza".
Con todo, reconozco a Calamaro haber tenido la valentía de no volver la vista atrás y dejar el retrato de familia con la esposa y nena incluidas. No todos lo hacen.
Bueno, el viaje de este grosso hacia la bien dotada humanidad de Micaela me dejará pensando que la vida es una y que por más que uno camine, siempre tiene la opción de regresar a los viejos lugares y a las  viejas costumbres ¿Acaso no de eso se trata el juego de vivir?, ¿de jugar con las posibilidades?
Y no, no se crean tanto, para sueños de amor aún me quedan historias, como la de John Lennon y Yoko Ono: "El amor es la respuesta".

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